Es Año Nuevo, y la fiesta de fin de año ha dado comienzo en el mar del Atlántico Norte, a bordo del crucero de lujo Poseidon. Uno de los mejores barcos de su clase, el Poseidon tiene una altura de más de 20 pisos, presume de sus 800 camarotes y 13 cubiertas para los pasajeros. Todos elevan sus copas de champán a la vez que el capitán Michael Bradford (Andre Braugher) brinda por el año nuevo. Mientras tanto, en el puente, el primer oficial presiente que algo no va bien. Una vastísima ola, un monstruoso muro de agua de más de cien pies (unos treinta metros) de altura se dirige hacia ellos a gran velocidad. La ola les golpea con una fuerza colosal, lanzando al barco y dándole la vuelta por completo. Como resultado, cientos de ocupantes quedan atrapados bajo el mar dentro de la sala principal de baile. Deberían permanecer juntos, según el capitán, y esperar allí al rescate. Un hombre, el jugador profesional Dylan Johns (Josh Lucas), prefiere comprobar las posibilidades por sí mismo. Ignorando las órdenes, se prepara para salir del salón de baile y encontrar su propio camino hacia la salvación, pero es descubierto por Conor (Jimmy Bennett), un niño de ocho años, quien le pedirá que también les saque a él y a su madre Maggie (Jacinda Barrett).Justo detrás de ellos se encuentra Robert Ramsey (Kurt Russell), ansioso por buscar a su hija Jennifer (Emmy Rossum) y a su prometido Christian (Mike Vogel). Desconfiado de aliarse con nadie, Dylan se muestra reacio a conducir al pequeño grupo de supervivientes en la subida a través de las entrañas del barco. Entre aquellos que eligen acompañarle en lugar de aguardar en el salón bajo el mar se encuentra una tímida polizona (Mia Maestro), un suicida (Richard Dreyfuss) que reencuentra la voluntad para vivir y un joven escritor que conoce el diseño del barco (Freddy Rodriguez). Con la determinación de luchar por encontrar el camino a la superficie, tendrán que encontrar un camino a través de los escombros mientras el barco continúa hundiéndose.
Es Año Nuevo, y la fiesta de fin de año ha dado comienzo en el mar del Atlántico Norte, a bordo del crucero de lujo Poseidon. Uno de los mejores barcos de su clase, el Poseidon tiene una altura de más de 20 pisos, presume de sus 800 camarotes y 13 cubiertas para los pasajeros. Todos elevan sus copas de champán a la vez que el capitán Michael Bradford (Andre Braugher) brinda por el año nuevo. Mientras tanto, en el puente, el primer oficial presiente que algo no va bien. Una vastísima ola, un monstruoso muro de agua de más de cien pies (unos treinta metros) de altura se dirige hacia ellos a gran velocidad. La ola les golpea con una fuerza colosal, lanzando al barco y dándole la vuelta por completo. Como resultado, cientos de ocupantes quedan atrapados bajo el mar dentro de la sala principal de baile. Deberían permanecer juntos, según el capitán, y esperar allí al rescate. Un hombre, el jugador profesional Dylan Johns (Josh Lucas), prefiere comprobar las posibilidades por sí mismo. Ignorando las órdenes, se prepara para salir del salón de baile y encontrar su propio camino hacia la salvación, pero es descubierto por Conor (Jimmy Bennett), un niño de ocho años, quien le pedirá que también les saque a él y a su madre Maggie (Jacinda Barrett).Justo detrás de ellos se encuentra Robert Ramsey (Kurt Russell), ansioso por buscar a su hija Jennifer (Emmy Rossum) y a su prometido Christian (Mike Vogel). Desconfiado de aliarse con nadie, Dylan se muestra reacio a conducir al pequeño grupo de supervivientes en la subida a través de las entrañas del barco. Entre aquellos que eligen acompañarle en lugar de aguardar en el salón bajo el mar se encuentra una tímida polizona (Mia Maestro), un suicida (Richard Dreyfuss) que reencuentra la voluntad para vivir y un joven escritor que conoce el diseño del barco (Freddy Rodriguez). Con la determinación de luchar por encontrar el camino a la superficie, tendrán que encontrar un camino a través de los escombros mientras el barco continúa hundiéndose.
“Resident Evil: Degeneration” tiene como protagonistas a Leon S. Kennedy y Claire Redfield (habituales de la saga). Nos situamos 7 años después del incidente de Racoon City (un sitio poco recomendable a raiz de tanto zombie, ¿no creen?) después de que la ciudad tuviese que ser bombardeada para acabar con la situación que ahí se había producido, es decir, la propagación del virus T y sus desastrosas consecuencias que todos conocemos. Sin embargo, unos bioterroristas lanzan el conocido virus a través de un avión que acaba estrellándose en un aeropuerto. ¿Resultado? Zombies por doquier y de nuevo el terror y la sangre se dan de la mano. Nuestros protagonistas antes mencionados serán los encargados de arreglar el entuerto.